Fotografía: Baek Dong-hyun
El invierno llega el día de la noche más larga y termina con el equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Estación de descanso. El cuerpo y la mente nos piden que nos paremos y que busquemos nuestro calor interno. Tanto la naturaleza como la tradición nos orientan hacia el recogimiento y la interiorización. De acuerdo con el sistema chino de los cinco elementos, el invierno está relacionado con el elemento Agua. Representa las emociones profundas del ser y se identifica con el principio primordial de la vida, con el medo esencial del cuerpo a través del cual pasan todas las cosas. Se caracteriza por cualidades consideradas femeninas, como la compasión y el entendimiento. La energía del Agua nos da la facultad de fluir para adaptarnos a los ciclos de la naturaleza. Asociado con el color negro y el sabor salado.
En la medicina tradicional china, el invierno es la temporada destinada a cuidar los riñones, y de los huesos, la médula y el cerebro, estructuras que dependen de los riñones, de manera que tanto la escasez como el exceso de energía renal puede ser la causa de problemas óseos, anemias o inmunodeficiencias o incluso de una disminución de las facultades mentales. En concreto, el sistema oriental considera que la memoria, la incapacidad de pensar con claridad y el dolor de espalda son resultado de un mal funcionamiento de los riñones por déficit de energía renal. A su vez, sentir frío constantemente y los dolores en las rodillas serían fruto de un exceso.
El órgano sensorial asociado con el elemento Agua son las orejas, por lo que el sentido relacionado es la audición.
Los riñones son la sede de la valentía y en el aspecto mental, el Agua simboliza la fuerza de voluntad.
La energía del riñón es la que nos da la osadía y determinación por vivir, el coraje para luchar por aquello que nos proponemos y no rendirnos.
En los países cristianos, el solsticio de invierno o Yule, fue reemplazado por la Navidad. Se siente la quietud de esta época del año, pero rara vez se reconoce. La mayoría de las personas agotan sus energías en los preparativos para el día de Navidad, aunque saben que es hora de parar y prepararse para el nuevo inicio.
Muchas de las costumbres que es posible observar en Navidad tienen sus raíces en rituales celtas. Los árboles de hoja perenne, por ejemplo, siempre fueron utilizados en la vieja religión como símbolo de retorno.
Este ritual sobrevive, hoy en día, en el árbol de Navidad tradicional.
El mundo se congela en el Solsticio de Invierno y, en la naturaleza, la vida se ralentiza en la superficie . En lo profundo de la tierra, sin embargo, las raíces están en silencio protegiendo los brotes, construyendo los recursos para el gran impulso hacia la vida cuando el clima vuelva a ser cálido en primavera. Esta es la estación del renacimiento de un Rey Sol, en el cristianismo, se ha representado por el niño Jesús , la “luz del mundo”
Fuente:
acovadameiga
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acovadameiga
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