Brilla otra luz, las temperaturas se suavizan y sopla otro aire. El ritmo vital de la primavera nos estimula y nos empuja a movernos. La primavera simboliza la juventud y hay que reinventarse, progresar, renovarse o evolucionar. Limpiar el pasado (en el plano físico, emocional y mental) y prescindir de lo que no queremos que forme parte de nuestra trayectoria vital. Así creamos un nuevo espacio, limpio y fresco, donde recibir todo lo nuevo que está por venir.
Desprendernos de las toxinas acumuladas por el exceso calórico y la falta de movimiento característicos de los meses de frío también nos puede ir muy bien. Al comenzar esta estación es adecuado llevar a cabo una buena depuración, para luego continuar alimentándonos con alimentos frescos y ligeros propios de la temporada. Empezar con una rutina de ejercicio físico al aire libre también nos ayudará a abrir y oxigenar el cuerpo y la mente, al tiempo que contribuirá a reforzar la capacidad para centrarnos y tomar decisiones claras.
Conscientes o no, somos parte integrante de la naturaleza y por tanto, nos regimos por las mismas leyes que la gobiernan a ella. La filosofía oriental estudió hace cinco milenios, el Universo, sus leyes fundamentales y al ser humano y comprendieron que todo está conectado por un flujo energético. La energía vital (Chi) se halla presente en las dos fuerzas primordiales: yang y yin. El yang representa la energía correspondiente al cielo y el yin a la de la tierra. Ambas son duales y representan los estados opuestos en continuo intercambio, por lo que se necesitan y se complementa. Por lo tanto, la energía vital (Chi)la obtenemos del cielo y de la tierra, de la herencia de nuestros mayores y de los cuidados que le demos a nuestro organismo y a nuestra mente.
La teoría de los cinco elementos o movimientos es un pilar fundamental de la filosofía china, ya que relaciona toda energía con alguno de los cinco elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. Esta teoría simboliza el cambio y el ritmo implícito de todos los procesos de la naturaleza. Los cinco elementos se intergeneran e intertransforman. Cada uno de ellos crea otro o se transforma en otro, al mismo tiempo que es generado por la evolución de otro. Cada elemento controla o domina a otro, a la vez que es regulado por otro. Esto se traduce en que los procesos naturales no ocurren al azar, sino que unos dependen de los otros. Son acontecimientos cíclicos. Siempre van en la misma dirección de forma ordenada y progresiva y siguiendo unos estadios energéticos. Por ejemplo, el proceso vital del reino vegetal pasa por la germinación, crecimiento, maduración, cosecha y almacenamiento, siempre de una forma cíclica y ordenada. Cada elemento está asociado con una de las direcciones de la brújula, con una de las estaciones del año, con un órgano, una víscera y un tejido del cuerpo y se estimula y equilibra con un sabor, un color y un tipo de energía. Cada uno de los cinco elementos estará ligado a una de las emociones principales ( miedo, ira, alegría, compasión y aflicción ) y a una facultad mental.
El elemento madera corresponde a la primavera, asociado con el inicio de la vida, la vitalidad y el entusiasmo, el color verde, el sabor ácido-agrio y la dirección por donde amanece o nace el día. La madera gobierna el hígado y la vesícula biliar. Los tejidos regidos por ella son los músculos, los ligamentos y los tendones, su manifestación externa son las uñas y su órgano sensorial son los ojos. Esto significa que si el hígado está sano nutrirá correctamente todas estas estructuras; en cambio, cualquier desequilibrio o alteración hepática puede dar lugar a debilidad y fatiga muscular, calambres, contracturas, rigidez muscular y articular y trastornos de la visión.
Con este elemento están relacionados la emoción de la ira y el sonido del grito. Las emociones reprimidas pueden engendrar muchos trastornos de salud, por lo que hay que aprender a comunicar y expresar lo que sentimos con cariño y sin miedo ni sentimiento de culpabilidad.
En el aspecto mental, la Madera se relaciona con la inspiración. Este elemento es el encargado del inconsciente y de los sueños y de proporcionar la imaginación necesaria para concebir proyectos. Es la fuerza creadora y resolutiva responsable de nuestra claridad mental y nuestra capacidad para centrarnos, planificar y tomar decisiones. También se dice que la energía de la Madera es la que da la facultad espiritual a la vida y la que nos estimula el deseo de vivir empujándonos a emprender nuevas acciones.
Es imprescindible entender la depuración como una elección voluntaria, una opción para darle respiro al organismo en su actividad fisiológica diaria. Los riñones, los intestinos, los pulmones y la piel son los órganos responsables de eliminar al exterior las sustancias no deseables, pero cuando la cantidad es excesiva, es normal que la capacidad de este sistema se vea saturada y de lugar a la acumulación de toxinas.
Existen diversos programas depurativos que se distinguen entre sí en función de la duración y de la variedad de ingredientes que utilicen en sus dietas. Las posibilidad son muchas y no todo es apropiado para todo el mundo. Es conveniente iniciarse con un dieta depurativa de no más de 24 horas y bajo la supervisión de un especialista para evitar problemas, ya que una de las mayores desventajas de este tipo de planes, cuando no se realizan adecuadamente, es la posible pérdida brusca de nutrientes esenciales. En cualquier caso, un plan depurativo seguro y poco agresivo consistiría en una dieta a base solo de fruta o una mixta que incluya frutas y verduras.
Los dos puntos básicos en los que se basa cualquier dieta depurativa son:
- la estimulación de las vías naturales de eliminación (defecación, diuresis, sudoración). Fundamentales las frutas, las verduras y las hortalizas frescas, porque gracias a su alto contenido en agua y potasio, bajo aporte de sodio y su riqueza en fibra, la mayor parte de ellas son diuréticas, depurativas y laxantes. Tanto si se comen crudas como cocidas aportan poquísimas calorías y son una fuente insustituible de vitaminas, minerales y antioxidantes. El agua también es esencial en el proceso de depuración (dos litros repartidos durante el día). Para estimular la diuresis son especialmente recomendables los zumos de frutas y hortalizas frescas caseros, así como los caldos vegetales y las sopas e infusiones de manzanilla o diente de león.
- La disminución de la ingesta de los alimentos que pueden generar demasiadas sustancias de desecho. No tomar productos procesados (embutidos, precocinados, bollería y pastelería industrial), restringir las carnes rojas, los lácteos, la mantequilla, el azúcar de mesa, los refrescos gaseosos y los zumos comerciales, usar con mucha moderación la sal y los alimentos ricos en ella, se puede sustituir con hierbas aromáticas, el ajo y el zumo de limón.
Además la alimentación ha de se pobre en calorías, pero rica en vitaminas y minerales. Cumplir con las normas dietéticas fundamentales durante no más de un par de semanas. Y, evidentemente, aparcar durante los días de limpieza hábitos poco saludables como el tabaco o las bebidas alcohólicas.
Una de las actividades más destacables para empezar a moverse y apta para toda la familia, es el senderismo. Nos permite descubrir de forma fácil y divertida nuestro entorno natural y ejercitarnos en contacto con la naturaleza, nuestros niveles de seretonina, neurotransmisor que interviene en el estado anímico y aumentan significativamente. Por lo que nos recarga de energía y nos pone de buen humor. En cualquier caso conviene escoger una actividad que realmente nos guste y que nos resulte mas fácil mantener la afición a lo largo del tiempo. La actividad física favorece la adaptabilidad y la independencia del individuo con respecto a su entorno.
Cuanto más limpio está el cuerpo, más clara está la mente, pero aún nos sentiríamos mejor si esta depuración primaveral la acompañamos de un trabajo corporal, emocional y espiritual.
Fuente: La dieta según las 4 estaciones: alimentación saludable para todo el año. María Tránsito López.
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