DESARROLLO COGNITIVO DURANTE LA ETAPA DE 0 A 6 AÑOS:
Del nacimiento a los 12 meses:
Actividades reflejas. Primeras reacciones a señales.
Activación progresiva de los canales perceptivos.
Primeros esquemas sensomotores. Representación de acciones fortuitas.
Identificación sensorial de personas y objetos.
Ampliación y generalización de los esquemas sensomotores a través de la interacción con personas y objetos.
Aparición de los primeros esquemas representativos
Primeros conocimientos de los efectos de la acción sobre personas y objetos.
Descubrimiento progresivo de ciertos aspectos del mundo a través de la experiencia.
Descubrimiento de nuevas estrategias para la experimentación activa en el medio físico y social.
Juego heurístico. Juegos basados en la acción y el descubrimiento personales.
De los 12 meses a los 3 años:
Evolución de los esquemas representativos. Utilización progresiva de los esquemas de escenas.
Evolución progresiva de la memoria. Capacidad para recordar personas y objetos no presentes.
Afinamiento de las habilidades comunicativas con la progresiva adquisición y uso del lenguaje.
Interiorización progresiva de los esquemas de acción y representativos.
Primeras aproximaciones hacia conductas prosociales y seguimiento de reglas de convivencia.
Introducción al juego simbólico. Rudimentos de autocontrol conductual.
Pensamiento básicamente egocéntrico. Hacia el final de este período se apuntan algunas conductas que manifiestan un primer contacto con la lógica y la causalidad adultas.
Introducción a la lecto-escritura. Actividades sensoriales y estimuladoras.
De los 3 a los 6 años:
Continua la introducción a la lecto-escritura y el papel estimulador del adulto y el contexto educativo.
Comprensión de nociones matemáticas simples (el conteo, la construcción del número, las relaciones binarias)
Primeras tomas de consciencia sobre sí mismo y los demás.
Habilidades comunicativas desarrolladas: capacidad para hablar, comprender y expresarse.
Aumento considerable del vocabulario adquirido y utilizado.
El lenguaje empieza a ser visto y vivido como un instrumento del intelecto.
Interiorización progresiva del pensamiento simbólico.
Integración progresiva de las capacidades cognitivas básicas -percepción, atención, memoria comprensiva, autocontrol- a los esquemas de pensamiento.
Esquemas de escenas, de guiones y de historias.
Al final de este periodo, la lógica y causalidad del pensamiento infantil son básicamente iguales a las del pensamiento adulto.
Continúa el juego simbólico pero aparece también el juego colectivo.
Capacidad para comprender y aplicar nociones matemáticas en operaciones simples (como la adición y el conteo reversible).
Adquisición progresiva de la lecto-escrittura.
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